Actividades y Talleres

“TODAS LAS QUE SOY” es la re-edición de un taller que realicé durante 2018 con un grupo de mujeres, y que fui puliendo y mejorando, para volver a brindarlo este año.

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y cuanto más consientes e integradas estemos, mucho mejor. La niña que somos, la mujer salvaje, la mujer sabia, la madre, la que es capaz de matar, y tantas otras que nos habitan y nos alimentan desde muy adentro de nuestra psiquis. 

los diferentes arquetipos que nos atraviesan y nos constituyen, las diferentes mujeres que hay en una misma mujer, y por medio de ejercicios y actividades muy concretas, ponernos en contacto con cada una de esas facetas y sacar lo mejor de ellas.

nos movemos con mayor placer y cuál de ellas permanece en la sombra, cual está enojada y cual demasiado sobrevalorada, reconocer nuestras luchas internas, contradicciones y lugares inhóspitos, encontrar los paraísos perdidos, reconectar con los lugares soñados, con lo que más me gusta de mí y con lo que odio de mí, y aprender a andar por la vida, con…TODAS LAS QUE SOY.

nos identificamos con una manera de ser y estar en el mundo, y eso se refuerza porque nos da sensación de seguridad, de tener personalidad, de transmitir con certeza quienes somos y en lo que creemos, a lo que aspiramos, en fin, quienes somos en realidad. El otro costado de este mecanismo es que descuidamos muchos aspectos propios de quienes también somos, pero que no sintonizan tan bien con el formato con el que, por fin, ya logramos algo de aceptación, entonces, ¿por qué cambiar?, si así soy reconocida y aceptada, si cambio, las otras personas pueden dejar de amarme. El riesgo psíquico es que esas “otras que soy” vayan quedando en el olvido, en la oscuridad, y empiecen a manifestar amargura, resignación o resentimiento.

Poder manifestarme desde mi propia diversidad es lo más cercano a la Salud Mental, cuanto más me permito mi propia diversidad tanto más puedo aceptar y convivir con la de los demás.

 Los movimientos de la vía, los rítmicos y calmos, así como los turbulentos y caóticos, nos muestran, por las buenas o por la malas, que existen aspectos nuestros que navegan en aguas profundas, facetas de nuestra personalidad que desconocemos, que nunca imaginamos que estuvieran ahí, egos innombrables, vanidades extremas, envidias que jamás osaríamos contarle a nadie, celos irrefrenables y clandestinos, o sea, en resumen , la cloaca, la oscuridad más remota de nuestro mundo interior, queremos huir despavoridos de semejantes lugares. Lo extraño, y a la vez lo extraordinario, es que justo del mismo recóndito lugar, brotan nuestros corajes desconocidos, la creatividad infinita, la bondad irracional, y una capacidad e compasión impensada. Todo proviene de esos mismos lugares desconocidos. Aquel que elige no arriesgarse a conocer barrios bajos, los suburbios que le habitan, se pierde también de quizás encontrarse en el camino con alguna que otra playa de aguas cálidas o un jardín encendido de violetas. Porque todo eso queda más allá de la que sos, de las que todos dicen que sos, de la que no te terminas de repetir que sos. Una vez, una gran maestra que tuve, me dijo “Nunca esperé esto de vos” y nunca supe si fue un reto o un halago, pero como también aprendí de ella que las cosas tienen muchas lecturas, me quedo con las dos. Creo que es una de las frases que más teme nuestra mente, que los otros que amamos nos desconozcan, y por ende, quizás, dejen de amarnos. Es una frase que usamos para decirle a alguien que nos sorprende gratamente, que ha superado nuestras expectativas, que es asombroso. Pero también la usamos para decirle a alguien que ya no entra en nuestro universo de personas esperables y predecibles y que preferimos que se retire, que si no va a ser como queremos o esperamos que sea, que ya puede irse.

 y dejamos de lado un montón de respuestas posibles, con el tiempo nos vamos apagando, adormeciendo, y muchas de las que somos terminan sedientas y arruinadas en los sótanos de la vida.

mujeres que viven en automático y han olvidado que las habita una mujer creativa y desafiante, mujeres que viven en la adrenalina y la euforia y han olvidado que también necesitan alimentar su costado de calma y sosiego, mujeres que han preferido olvidar lo que les daba miedo para no tener que enfrentarlo, que ocultan sus dolores para que nadie vea como se les tuerce la boca, todas ellas merecen un lugar, merecen ser respetadas y atendidas, porque más allá de sus vestiduras son parte de mí, son mi sal y mi sangre, también ellas son la que soy.  Sin ellas, aparentemente ando mejor, pero en el fondo, en la cuenta final, siempre me resta, siempre soy menos, siempre soy peor. 

¿Estás viviendo con todas las que sos? Vas al mundo cada día con todas tus dimensiones, regiones y abismos? ¿Te aceptas confusa, indecisa, perpleja, inconclusa?  ¿O solo te permitís andar coherente, trasparente, cálida y amable? ¿Sos siempre la chica buena y a la chica mala la dejas metida en el cajón de las remeras viejas?

un poco más imperfecta quizás pero más entera, con todas tus maneras de ser, con todas las que sos.